Michel de Nostradamus
 

Michel de Nostradamus, nació en Saint Rémy de Provence, sur de Francia, un jueves 14 de diciembre de 1503. Su padre fue Jaime de Nostredame, notario de aquel lugar; su madre fue Renée de Saint Rémy, sus abuelos paternos y maternos eran profundos conocedores de las ciencias matemáticas y de la medicina. Como médicos habían vivido el uno en la Corte de René que, además de Conde de Provenza, era Rey de Jerusalén y de Sicilia; y el otro, en la Corte de Juan, Duque de Calabria a hijo del ante dicho René.

La familia de Nostradamus, según algunos, era de origen judío, de la tribu de Isacar, convertidos al cristianismo. Y de ahí que atestigüe nuestro autor haber recibido directamente de sus abuelos el conocimiento de las ciencias matemáticas; y en el prólogo de sus Centurias él mismo afirma que ellos le transmitieron el don de predecir el futuro.

Después de la muerte de su bisabuelo materno, que le había infundido, casi como juego, el gusto por las ciencias de los astros, Nostradamus fue enviado a Aviñón para cursar letras y formarse en humanidades.

Desde Aviñón el joven estudiante pasó a Montpellier, donde estudio medicina. La peste de 1525-1529 le obligó a salir de aquella ciudad y a ejercer como médico a la edad de 22 años, aunque no había obtenido todavía de forma oficial su título, en Narbona, Toulouse y Burdeos. Cuando Montpellier quedó liberado de la epidemia de peste, regresó a esta ciudad, donde por fin obtuvo el título de doctor, y a continuación se estableció en Agen, ciudad situada a orillas del Garona, donde Julio César Scaliger le retuvo junto a sí.

Era este hombre un personaje muy erudito y un verdadero mecenas. Nostradamus tuvo con él una extraordinaria amistad que más tarde se tornó en oposición, discordia y divergencia, como suele suceder entre hombres sabios, según atestiguan muchos escritos.

En ese período se casó con una joven de la alta sociedad, con la que tuvo dos hijos, un niño y una niña. Murieron los tres y Nostradamus tomó la decisión de instalarse definitivamente en Provenza, su tierra natal.

De vuelta a Marsella, se instaló en Aix en Provence, parlamento de la región, donde ejerció durante tres años un cargo público ciudadano. Fue entonces, en 1546, cuando la peste azotó terriblemente aquella zona, según describe el señor de Launay en su Teatro del mundo sirviéndose de los relatos que le fueron hechos por el propio vidente. Estos hechos han sido confirmados por la investigación histórica de aquella época.

Desde Aix en Provence llegó a Salon de Crau, pequeña ciudad que dista de Aix una jornada de camino hasta Aviñón y media jornada hasta Marsella. Contrajo segundas nupcias; y fue aquí, en este lugar, donde profundizó todavía más en bibliografías astrológicas y adivinatorias, y comenzó a redactar él mismo sus célebres Prophéties ("Profecías"), cuya primera edición, que incluía siete "centurias", vio la luz en el año 1555.

Centurias y presagios que él guardó por mucho tiempo en secreto, creyendo que la naturaleza insólita del argumento le acarrearía calumnias, envidias y ataques ofensivos, tal como luego sucedió.

El rumor que suscitaron inmediatamente sus profecías fue grande y corrió su fama de boca en boca. Esta fama impresionó tanto al Rey de Francia, Enrique II, que éste, en el año de 1556, mandó llamar al vidente a la Corte. Después de que revelara un cierto número de acontecimientos importantes que habían de suceder, recibió numerosos presentes y se volvió a su Provenza natal. En 1558 publicó una nueva edición de su obra, con tres centurias añadidas, que no hicieron sino acrecentar su fama.

Algunos años más tarde, concretamente en 1564, Nostradamus fue visitado en su casa de Salon por Carlos Manuel de Saboya, la princesa Margarita y Carlos IX, que no quiso dejar de visitar al profeta, mostrándose para con él tan generoso, que lo honró con el cargo de consejero y le nombró como su medico en la Corte.

Cuando fue a verle Carlos IX, Nostradamus, que había sobrepasado los 60 años, estaba muy envejecido y se hallaba gravemente debilitado por las dolencias de artritis y la gota minaban constantemente su salud. Murió el día 2 de julio del año 1566, en Salon de Crau, en Provenza poco antes de salir el sol, después de una crisis que le duró ocho días y que le causó un acceso de hidropesía consecutivo a un ataque agudo de artritis, a la edad de sesenta y dos años, seis meses y diecisiete días. De hecho conocía anticipadamente el día de su tránsito y la hora exacta pues él había escrito, de su puño y letra, en las Efemérides de Jean Stadius, estas palabras en latín: Hic prope morn est, es decir: «Mi muerte está próxima».

Sobre su sepulcro se esculpieron las palabras de un epitafio, compuesto a imitación del de Tito Livio, historiador romano; epitafio que hoy puede todavía verse en la Iglesia de los Cordeleros de Salon, en la que, con grandes honores, fue enterrado el cuerpo de Nostradamus. La inscripción está en latín; que traducida dice lo siguiente:

«Aquí descansan los restos mortales del ilustrísimo Michel de Nostradamus, el único hombre digno, a juicio de todos los mortales, de escribir con pluma casi divina, bajo la influencia de los astros, el futuro del mundo.»

A Nostradamus se le atribuyen otras obras: el Traité des fardements ("Tratado de maquillajes") (Lyon, 1552), Le remède très utile contre la peste et toutes fièvres pestilentielles ("Remedio muy útil contra la peste y contra todas las fiebres pestilenciales") (París, 1561), y el Traité des singulières recettes pour entretenir la santé du corps ("Tratado de recetas singulares para mantener la salud del cuerpo") (Lyon, 1572).

Nostradamus fue padre de otro astrólogo del mismo nombre, llamado "El Joven", que publicó, todavía en vida de su progenitor, un Traité d´astrologie ("Tratado de astrología") (París, 1563), y profetizó que el pueblo de Pouzin sería devorado por las llamas. Fue sorprendido cuando él mismo se encargaba de prenderle fuego para ver cumplida su profecía, y ejecutado de manera inmediata en 1574. Otro de sus hijos fue el pintor Cesar (1555-1629), gentil hombre de cámara de Luis XIII y autor de un retrato de su padre que se conserva en Aviñon.