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Consejos para Conducir Motocicleta en Lluvia

Ha llegado la lluvia, y con ella la situación que probablemente más odia quien se mueve en motocicleta. El agua no solo incomoda, moja y enfría, sino que nos obliga a multiplicar la atención y la pericia. Pero nos resistimos a bajarnos de la moto y a no disfrutar de sus ventajas tanto en ciudad como en carretera.

Por eso, te traemos una serie de consejos relacionados con técnicas de conducción que debemos tener en cuenta en nuestra moto cuando llueve. También queremos recordar los accesorios del equipamiento más importante al respecto.

Consejos de equipamiento

1. Antes de salir en moto, aunque sea para hacer 10 kilómetros al trabajo, infórmate siempre del estado del tiempo que hará ese día y mira por tu ventana.

• Recuerda que ir en moto con clima adverso es muy peligroso y requiere concentración, y dejar para otro día las bravuconadas moteras, por muy bien que suene el escape o vaya la moto.

2. Si hay una posibilidad de lluvia, es mejor ir preparado y hacerlo en caliente y en seco antes de salir, que tener que parar debajo de un puente a vestirse, para evitar calarse hasta los huesos. Así mismo lleva siempre contigo en tu moto ropa contra la lluvia.

• Si tienes un scooter tienes un espacio bajo el asiento donde caben dos cascos y ropa de lluvia, así que llévala siempre contigo,

• Si vas en moto, valora disponer de un baúl en la parte trasera o una bolsa sobre-depósito,

• Si tu moto tiene un buen espacio bajo el asiento, lleva ropa de agua todo el año.

3. Lo mejor para no mojarte los pies son unos cubre botas. Los hay del tipo protección total (el pie se introduce en la bota y se ajustan a la pantorrilla firmemente), y otros más cómodos de poner, media suela de goma y ajuste con velcro por la parte trasera.

• Ten en cuenta que con cubre botas se pierde el tacto de las palancas de marchas y freno trasero,

• Los cubre botas tipo "velcro" se enganchan con facilidad en las estriberas impidiendo cambiar, frenar, o, ¡cuidado!, echar un pie al suelo en un semáforo.

• Además, ajusta bien los de velcro ya que vas con la sensación de que se te van a caer si no lo haces.

• Puedes llevar contigo unos calcetines secos y como último recurso, unas bolsas de plástico a modo de cubre botas que se ajustan con cinta aislante alrededor de las pantorrillas.

4. Lo mejor para no mojarte los pantalones son unos pantalones impermeables de moto, o comprados en una tienda de deportes:

• Los hay desde los modelos más sencillos hasta los más sofisticados, con forro térmico extraíble, y protecciones (o no),

• Los hay de una pieza, incómodos de poner, y los que tienen cremalleras en los laterales prácticamente hasta la cadera: son muy cómodos de poner cuando se llevan botas o calzado con suelas de goma (que parece que se pega al pantalón al ponérselo o quitárselo),

• No olvides renovar tus pantalones de vez en cuando y no caminar mucho con ellos cuando no los necesites: su aislante interior se va desgastando con el roce, sobre todo en las ingles, causando que el agua entre en la ropa interior por las zonas desgastadas con esa sensación tan desagradable que los moteros pasados por agua conocemos.

Una solución al pantalón y los cubre botas son los motardos.

5. Para la parte superior es muy recomendable un impermeable, este es el que se lleva la peor parte y sin embargo, al llegar al destino, ¡magia!, la ropa queda seca.

• Además, un impermeable ocupa poco espacio y se seca relativamente rápido.

• Si tienes documentación, cartera o papeles, no olvides dejarlos en los bolsillos interiores si no quieres que lleguen hechos una sopa.

6. En cuanto a los guantes, lo mejor es llevar un segundo par seco, y en marcha, ponerse unos guantes de gasolinera debajo, con lo que evitaremos la sensación de manos "caldosas" una vez empapados los guantes. También hay guantes impermeables.

• No olvides que con tanto guante el falso tacto del acelerador y palancas puede jugarte una mala pasada.

6. El cuello es una parte que sufre mucho con agua, así que una "braga polar" extra, y el botón superior de la chaqueta bien cerrados ayudarán.

7. En cuanto al casco, la conducción con agua es desagradable y peligrosa. Además de no ver por el agua en la pantalla (la mano es un buen limpia-parabrisas) el vaho interior empaña la visera y puede ser desesperante (peor todavía si se llevan gafas).

• Lava la pantalla con lavaplatos para repeler el agua y utiliza un spray anti-vaho.

• Recuerda que a menor visibilidad, más cautela.

8. Al llegar a tu destino seca las partes más sensibles de tu moto con una toalla o trapo seco: los relojes, los conmutadores del manillar, los discos, y si el trapo aún aguanta, la cadena por encima, para que no quede húmeda.

• Este trapo seco es muy útil cuando lavas la moto o cuando ha dormido en la calle bajo lluvia, para secar el asiento.

• No olvides engrasar la cadena de la moto en cuanto haya quedado seca, y en todo caso, antes de volver a usar la moto.

Consejos de conducción

Posición: Tu posición en la moto bajo la lluvia es mucho más importante de lo que puedas pensar en un primer momento. Como el agarre del asfalto se reduce drásticamente, no puedes plantearte inclinar mucho, y ya sabes que cuanto más te inclines tú, menos lo tendrá que hacer la moto. Por este motivo es importante que desplaces el cuerpo al interior de la curva, pero, eso sí, con movimientos suaves. Como el grado de inclinación es pequeño no hace falta que emplees posturas acrobáticas, simplemente que desplaces el centro de gravedad algo hacia el interior de la curva. Otro detalle es que cuanto más te muevas, más posibilidades tienes de que te entre agua, así que quédate bien pegado al asiento y en una posición en la que con la suficiente visión de campo y libertad de movimientos, te expongas lo mínimo al agua.

Conducción suave: Nada de acelerones o frenazos. Con el asfalto mojado, debemos cuidarnos de realizar acelerones ya que será muy fácil perder la adherencia de la rueda trasera. Pero más fácil es perder tracción al frenar de forma demasiado brusca. Si derrapamos de la rueda trasera, aún podremos corregir el error manejando adecuadamente la horquilla y el reparto de pesos. Sin embargo, la pérdida de adherencia en la rueda delantera se traduce en una caída segura. Por eso, lo mejor es disminuir la marcha y mantener una distancia de seguridad mayor con el vehículo que nos precede debido a que la distancia de frenado siempre aumenta con agua y realizar aceleraciones y frenadas más suaves y anticipadas.

Trazada: Mientras sobre suelo seco es relativamente variar la trazada, en mojado puede convertirse en un verdadero problema. No sólo hay que intentar dibujar la trayectoria más abierta posible, sino evitar las líneas pintadas, los baches sospechosos, los cambios de asfalto, las líneas de reparación, sobre todo si no son perpendiculares, y desde luego, estar seguro de que no vas a tener que inclinar más, y mucho menos aún frenar en medio de la curva. Más vale entrar despacio que demasiado deprisa, porque en lluvia la improvisación es algo de lo que tienes que olvidarte todo lo posible. En ocasiones la carretera está sucia, y ya sabes que las manchas de gasoil, de aceite, etc., suelen quedarse en el centro de la calzada, por donde las ruedas de los coches no pasan.

Obstáculos resbaladizos: El asfalto suele estar preparado para absorber el agua y, a una velocidad normal y en unas circunstancias normales de frenado, responde razonablemente bien. Sin embargo, en la carretera y en las calles de las ciudades nos encontramos con señalización horizontal (pintura), rejillas y tapas de alcantarillas... Como se suele decir, mejor ir por lo 'negro' (por el asfalto).

Evitar el centro del carril y los charcos: Los coches pueden perder aceite y otros líquidos que se quedan en la parte central de los carriles. Cuando llueve, se convierten en auténticas pistas de patinaje, sobre todo al caer las primeras gotas de lluvia ya que más tarde el agua va limpiando el asfalto de todos esos residuos.

Algo parecido ocurre con los charcos, donde podemos sufrir el famoso aquaplaning y donde entramos en cierta medida a ciegas sin saber si hay algún obstáculo o bien desconocemos su profundidad.

Cuidado de la motocicleta

Cuando llueve, tu moto se ensucia mucho más de lo normal. El agua acumulada en el suelo está sucia y mancha todo lo que salpica. Estas mismas salpicaduras barren parte de las sustancias que recubren piezas, como grasa, porquería y lubricantes; y ayudan a extender la suciedad, por lo que la higiene es aún más importante que en verano. Además, hay que proteger las piezas que no solo están más expuestas a la corrosión, sino que se ven desprotegidas por la acción «detergente» del agua que elimina su aislamiento.

Lavado: En invierno es mejor lavarla con agua fría y un buen limpiador específico para motos porque el agua caliente acelera la corrosión, sobre todo si es un chorro que puede erosionar la protección del metal. Obviamente hay depósitos de grasa y suciedad que necesitan un trabajo particular con desengrasantes o agentes específicos para partes concretas como los frenos.
Lubricación: Es importante con tanta humedad que se engrasen bien las partes que están sometidas a posibles pérdidas de lubricante y sobre todo las que están más expuestas al ambiente exterior como los ejes de las manetas y pedales, caballetes o bieletas de suspensión. Después emplear un spray de un producto repelente del agua no viene nada mal.

Protectores: Aunque hay algunas piezas en la que no los debes utilizar, como los frenos, en invierno es una buena medida cubrir la moto con sustancias que protejan diferentes materiales, especialmente las partes metálicas de la corrosión. Con sprays puedes acceder a zonas remotas y evitar el proceso, que se acentúa si te encuentras con sal en la carretera, un veneno para el aluminio.

Transmisión: Los que tengan cardan están de suerte en invierno, pero los de las habituales cadenas tenemos que multiplicar los cuidados porque el agua acelera su desgaste. Reduce el periodo de engrase a unos 250 km en vez de los 500 km habituales, y recuerda que tienes que hacerlo sobre una cadena limpia, no sobre una bola de suciedad acumulada sobre ella, y además al acabar de usar la moto para darle tiempo a la grasa a introducirse y que no se centrifugue inmediatamente.

Sistema eléctrico: Es uno de los puntos claves cuando llueve, aunque afortunadamente las motos modernas tienen unos circuitos perfectamente aislados tanto en los cables como en sus terminales. En cualquier caso, en los lugares más sensibles de tu moto puedes emplear sprays protectores específicos que conforman una capa aislante.

Frenos: Los frenos, especialmente los discos y la unión de los pistones con la pinza, son elementos muy expuestos a la corrosión. Los discos hay que limpiarlos siempre con agua fría y en invierno conviene contar con pastillas nuevas para evitar que los pistones salgan más de la cuenta de sus alojamientos. Éstos tienen sustancias específicas para limpiarse y facilitar su desplazamiento.

Batería: En invierno, con lluvia y bajas temperaturas el rendimiento de la batería baja, y si tienes instalados muchos accesorios, especialmente puños o ropa calefactable, que tiene bastante consumo eléctrico, conviene que emplees mantenedores de carga de tipo Optimate, que ya tienen la toma a la batería instalada constantemente y solo necesitan que los enchufes. Obviamente es fundamental que los bornes estén perfectamente protegidos con sprays hidrófugos adecuados.

Presión: En ambientes húmedos el agua no se elimina, y emplear máquinas de alta presión para lavar la moto provoca que el líquido no sólo se quede en tornillos, recovecos, juntas, sino que se introduzca más allá y no pueda salir, lo que acelera la corrosión. Además el agua a presión barre el lubricante y la grasa tiene que mantenerse acumulada en lugares como la cadena, los rodamientos, y los diferentes ejes de piezas como caballetes, manetas, pedales, etc.