Artículos de Interés | Motociclismo/Cultura Biker

Carta de un motociclista a su esposa

Amor mio, me voy de rodada nuevamente y veo en tus ojos el reproche callado de dejarte sola...

No me juzgues, no es que no quiero estar contigo, sino que necesito estar conmigo mismo, pero sé, que por más que insistas en tratar de comprender el afán que me embarca al ir a rodar, jamás podrás comprenderlo...

Es que siento en el alma ese amor por los espacios abiertos, caminos, carreteras y pistas que me llevan hacia la aventura.

Necesito un lugar alejado, sentir el viento en contra como si fuera una lucha de poder. Quiero ensuciarme, descuidar mi aspecto, sentir el cansancio en brazos y piernas, que queme el sol mi cara, me congele la helada y pasar frío o tal vez sentir la lluvia.

Quiero ver un rio o un mar, bosques o llanuras, animales salvajes, flores silvestres, nieve, terracerías o la lluvia y terminar empapado...

Quiero detenerla en parajes y reírme con mi compañera de acero, quiero extrañarte e imaginarte esperando mi regreso.

Me miento y digo que esta será la mejor rodada que vaya a realizar en mi vida... aunque sé que en la próxima, volveré a decirme lo mismo... Y ya en el asfalto... estoy feliz...mirando la carretera que me hipnotiza....es una paz y adrenalina única.

A veces siento que he nacido en épocas equivocadas, donde el triunfo del hombre se mide en plásticos de tarjetas de crédito, donde el frío se regula con un termostato y el calor del verano no existe al prender un aire acondicionado.

He nacido en una época de traiciones y luchas por una cuenta de banco, donde todo se compra y se vende.

Pero cuando salgo a rodar, amor mío, me alejo de este mundo de bocinas, de escapes venenosos, me alejo del confort, del lujo y la televisión que idiotiza.

Yo puedo aceptar las reglas del juego, soy lo suficientemente civilizado como para convivir en este espacio de locos, pero déjame que me escape a rodar por un momento.

Amo mi motocicleta, pero no más que a ti, porque es el juguete que me transporta a este gran juego que es la rodada, y te pido que no veas en ella un instrumento de muerte, porque para mí lo es de vida... jamás me siento más vivo que cuando la monto y la empuño para acelerar a fondo.

Y veras que cuando ya no pueda más hacerlo, estaré por ahí sentado al sol, donde me pongan las cariñosas manos de nuestros hijos o las tuyas, y una sonrisa lejana se dibujara en mis labios resecos. No pienses que es la vejez inevitable, sino que estaré recordando alguna rodada.

Y si me ves abatido y solo, aburrido en mi sillón, pon en mis manos el casco y guantes gastados, al tocarlos y rozar sus formas, me transportare en el tiempo... Veras entonces que mis manos apretaran con fuerza, tratando de recuperar esos momentos ya idos..

Quizás sea, mi amor, que hoy me voy a rodar, para poder atesorar esos momentos... y así poder vivir feliz... en el mañana...